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sábado, 12 de junio de 2021

Mitos, costumbres y leyendas de Turmero por Efren Rodriguez

 

Introducción

El trabajo se refiere a lugares, mitos y leyendas del Turmero colonial,  pretende divulgar los hechos históricos, costumbres y tradiciones de Turmero con la finalidad de que se registren los acontecimientos del pueblo en el tiempo y el espacio, de manera que se legue a las nuevas generaciones y se convierta en un referente cultural que contribuya a la identidad ciudadana, pero sobre todo al arraigo y amor por Turmero.

En su primera  parte a divulga un conjunto de lugares referenciales donde han transcurrido hechos de interés histórico-cultural para el pueblo, en segundo lugar se  describen  una serie de  leyendas acaecidas en  el tiempo, mayoritariamente sido narradas por sus actores  y por último se señalan  algunos mitos del pueblo como expresión de hechos cotidianos ocurridos.

La información ha sido recogida a través de referencias  bibliográficas de investigadores que tratan el tema, vivencias de la comunidad y experiencias propias.

Obviamente que, no se puede abarcar toda la temática, solo se dejan unos referentes históricos que pueden servir para incentivar investigaciones posteriores donde estos elementos se enriquezcan y amplíen.

Lo importante radica en sistematizar estas informaciones para que se leguen a las generaciones futuras, sepamos el origen y raíces de nuestra historia, costumbres  y geografía local.

Las Memorias Históricas Digitalizadas de Turmero conforman un reservorio geohistorico imprescindible para los investigadores e interesados en estos temas cuyo propósito radica  en  registrar por siempre los hechos acontecidos en la ciudad.

 

 

 

Presentación

Hablar de lugares mitos, y leyendas de Turmero resulta muy atractiva, es develar hechos, ocurrencias y situaciones vividas que son espeluznantes y dan miedo, cosas propias de un pueblo, donde todo se sabe y se dice. Hay muchas leyendas, me refiero  la sayona que se utilizaba para que todo el mundo se recogiera en su casa mientras los grandes saltaban cercas e introducían en casas para saborear la noche. También, resultaba muy normal hablar del carretón,  nadie se atrevía a asomarse a la ventana por miedo a quedar espantado. Resulta curioso las personas que se perdían en la Plaza Mariño, unos dicen que se trataba de un encanto, pero se sabía, que eran personas que se pasaban de traguitos y daban vueltas sin control alguno del exceso etílico. Al fin no se sabe de qué trata, lo cierto es que la gente se pierde en la Plaza Mariño  y aparece en la Aduana o en la Plaza Villacastin, vaya usted a saber, porque a mí, me ocurrió una vez.

Los turmereños son muy habladores, les gustan los cuentos, los dime y diretes que surgen de las conversaciones  del vecino, el amigo y hasta de un familiar, hay mucha chanza entre los niños, los jóvenes y adultos, eso sí, siempre con respeto. Todo forma parte de la tradición y costumbre del pueblo, aunque muchas veces se sube de tono, nunca se pasan del límite.

Si quieres estar bien informado del acontecer del pueblo, debes irte a la Plaza Mariño, ahí te enteras de todo, la gente le sacan los trapitos del sol, ahí sabes a quién  dejo la novia, cómo se explica que sutana esté tan gorda, será qué está embarazada, y de quién. Bueno, cuídese porque caer en la lengua de un turmereño es delicado.. Je..ja..je..No se preocupe, no pasa de una simple echadera de broma.

Lugares del Turmero colonial

La Casita del Agua y la Capilla del Calvario

Inmueble construido en 1885 por decreto del presidente Joaquín Crespo y proyectado por Juan Hurtado Manrique. De pequeñas dimensiones, su construcción de mampostería, es de estilo neogótico, presenta en su fachada norte una torre campanario de base cuadrada terminada con una esbelta cúpula piramidal de base octogonal rematada en un pináculo. Las fachadas laterales presentan ventanales rematados con arcos ojivales y en cada una de estas fachadas el acceso a la nave con la misma forma que las ventanas y con grandes portones de madera. El presbiterio, en forma de ábside, presenta contrafuertes con pináculos y como toda la construcción con todos los elementos decorativos del estilo neogótico.

La cubierta de madera es a dos aguas recubiertas de tejas planas. Internamente presenta una sola nave cubierta por un plafón de machihembrado de madera en forma de bóveda ojival. Desde la nave se accedía a la torre campanario por una pequeña escalera hoy desaparecida.

La  Antigua Casita del  Agua, esta ubicada en el cerro o Capilla El  Calvario, se convierte en un mirador natural  que abarca su vista hasta el Lago de Valencia, pero si continua escalando hasta llegar al Cerro El Picacho será una aventura inolvidable. Desde este lugar se puede apreciar todo los cambios urbanos  que se han producido en los últimos años, sobre todo la ocupación de las antiguas haciendas y campos agrícolas. Al bajar de La Capilla El Calvario se pueden visitar, en la falda del cerro,los restos  de las ruinas de  las antiguas Minas de cal.

 

 

Francisco “Pancho” Rodriguez agrega: El Santuario de la Colina,en el extremo oriental de la calle Mariño, donde se acaba la tierra plana y se asoma el sol en cada amanecer, existe una elevación que los turmereños llaman El Calvario, sitio donde acaricia una brisa distinta y los sueños parecen adquirir vida. Del inexorable paso del tiempo, rescato de su escondrijo un puñado de recuerdos suficientes para articular este palmarés histórico-religioso, de la pequeña montaña.

*El 19 de febrero de 1814 una fuerza patriota al mando del teniente Aurelio Escauriza derrota en la colina del Calvario a fuerzas ligeras del ejército de Boves, que se habían replegado en ese sector En las escaramuzas fallece el citado oficial turmereño.

*Entre los años 1853 y 1861 estaba al frente de la parroquia el Presbítero José Juan García, que acostumbraba hacer excursiones al Calvario y allí relataba a los niños la proeza del teniente Aurelio Escauriza. Un día pidió a los pequeños un escrito descriptivo del episodio, el premio al ganador era un traje de monaguillo, que le fue adjudicado al menor Antonio Ramón Silva, que lo estrena un 2 de febrero. En el devenir de los años Antonio Ramón Silva se hace sacerdote y periodista, junto a Juan Bautista Castro, José Antonio Espinoza y Nicanor Rivero funda el diario La Religión; como clérigo fue Obispo de la Diócesis de Mérida

* El 31 de mayo de 1881, el Presbítero Francisco J. Arato (natural de Padua, Italia) bendice y consagra en El Calvario una capilla que había dejado inconclusa el padre Gregorio Rodríguez; medía 19 metros de largo por 8 de ancho. En ella se celebraba el culto católico conocido como viacrucis.

*En correspondencia fechada 29 de septiembre de 1896, el Presbítero Antonio M. Imaz y Peña se dirige «Al Muy Ilustre Concejo Municipal del Distrito Mariño», en los siguientes términos.

«Llevándose a feliz término la obra del camino del Calvario, estableciéndose con ella la base que constituya magnífico Boulevard en el que, encima de La Capilla, se extiende hasta el sitio denominado El Cotoperí, dominante, que permite recrear la vista en los hermosos valles de Aragua y riberas de la gran laguna de Tacarigua. El paseo sería de grandísima utilidad para el pueblo pues constituiría «atracción, hallándose falto de otras aversiones, siendo por tanto para sus vecinos recreo que, en los domingos y días de fiestas, disipará los sinsabores acumulados en la semana. Al mismo tiempo que distracción para los fuertes, sería para los débiles ejercicio corporal que aumentara las fuerzas y restableciera la salud, conviniendo por lo tanto por todos estos respectos desmontar el cerro y cruzarlo de caminos que, con poco dinero es bien fácil hacerlo, ya que lo más difícil está hecho, el camino carretero hasta la capilla. El firmante espera que sus esfuerzos por buscar comodidades, diversiones y paseos saludables al pueblo no se estrellarán ante obstáculo alguno en esa ilustre Cámara Municipal en que el pueblo a quien representa, tanto confía. El cura. Presbítero Antonio M. Imaz y Peña».

* En el año 1925 la Capilla del Calvario se encontraba muy deteriorada y sin techo, siendo reconstruida a sus expensas por don Antonio Díaz González, turmereño de corazón que había formado hogar en este pueblo, al lado de su esposa Josefina Martínez Rui de Díaz González, dotándola de una preciosa imagen en porcelana de la Virgen del Carmen.

* En los años finales del gobierno del Benemérito Juan Vicente Gómez, la capilla es echada a tierra para construir en su espacio el estanque de agua del Acueducto Modelo Turmero-Cagua; el potable líquido fluía desde el embalse de Vega Grande, que represa las aguas del río Paya y subía por gravedad, filtrada y clorificada en la sala de tratamiento, que estaba donde hoy tiene su sede Hidrocentro. El arancel mensual cobrado a los usuarios del servicio era de cinco bolívares. Este tanque todavía funciona y los turmereños lo conocemos como «la caja de agua», El Presbítero J. Ignacio Rincón rescata del abandono y el olvido las campanas de la derruida capilla y, en correspondencia fechada el 21 de febrero de 1939, se dirige a la Cámara Municipal. La Caja o Casa de Agua, en el cerro El Calvario de Turmero

«Hace una temporada vengo pensando en cambiar las campanas que se usan en la torre del templo, por hallarse éstas rotas y ser poco oídas en la población, por otras tres nuevas que se usaron en la capilla del calvario y que actualmente están en esta casa parroquial. Pero teniendo otros trabajos en el templo, para los cuales se está recogiendo pequeñas cantidades entre los fieles y dada la mala situación que aún perdura, sería demasiado penoso forzar la buena voluntad de los fieles aún más. Por lo cual acudo a ese Ilustre cuerpo pidiéndole me ayude, si lo tienen a bien, con sesenta bolívares (Bs. 60,00), que es lo que me cobra el señor Natividad Magallanes por bajada de las actuales campanas y montura de las nuevas. Anticipo mi reconocimiento.

*El Presbítero J. Ignacio Rincón rescata del abandono y el olvido las campanas de la derruida capilla y, en correspondencia fechada el 21 de febrero de 1939, se dirige a la Cámara Municipal.

«Hace una temporada vengo pensando en cambiar las campanas que se usan en la torre del templo, por hallarse éstas rotas y ser poco oídas en la población, por otras tres nuevas que se usaron en la capilla del calvario y que actualmente están en esta casa parroquial. Pero teniendo otros trabajos en el templo, para los cuales se está recogiendo pequeñas cantidades entre los fieles y dada la mala situación que aún perdura, sería demasiado penoso forzar la buena voluntad de los fieles aun más. Por lo cual acudo a ese Ilustre cuerpo pidiéndole me ayude, si lo tienen a bien, con sesenta bolívares (Bs. 60,00), que es lo que me cobra el señoNatividad Magallanes por bajada de las actuales campanas y montura de las nuevas. Anticipo mi reconocimiento. Pbro J. Ignacio Rincón

*En el quinquenio de la Gran Venezuela (1974-1979) se construye en El Calvario un segundo estanque de almacenamiento, infraestructura que corresponde a obras del Acueducto Regional del Centro.

En estos tiempos finiseculares, en la Colina del Calvario confluyen la soledad y el pasado en torno a las instalaciones hidráulicas, realizadas en desemejantes regímenes. El sitio no tiene —por abandono— el encanto visionado por el devoto de la naturaleza que fue el padre  Imaz y Peña, aunque después de muchos años tienen vigencia las sugerencias conservacionistas del Prelado, esbozadas en su poética misiva. Obras que se emprendan en ese recodo de la geografía turmereña, como la reedificación de la capilla, bancos, miradores, etc., sería un homenaje a la creación, a la madre tierra y al hombre y una forma de mantener a raya, a potenciales depredadores de los recursos naturales. Son ideas e inquietudes que trasegó a los organismos públicos, encargados de la protección ambiental y el equilibrio ecológico.

 

La Calle Real de Turmero

La Calle Real de Turmero se llama  en los momentos actuales Calle Mariño, según dicen los lugareños que el nombre se debe a que en esta calle, vivían las personas de más alta cuna del pueblo, la llamada realeza local, los más pudientes del pueblo. Se considera, como su nombre lo dice, la calle mas importante del pueblo para su época, a partir de ella surgen las demás calles. En definitiva era el nucleo principal del pueblo. En todos los pueblos hay una calle Real que la asocian con la clase social mas pudiente para ese momento histórico.

O esta calle en su origen era la calle del Real o cordel principal del pueblo a partir del cual surgen las demás calles, es decir, esta calle era el núcleo principal del pueblo y en sí, donde se originó el pueblo.

 

 La Aduana y los maleteros

La Aduana se ubica al noroeste de la ciudad, a la salida hacia Guayabita,fue un paso obligado entre la costa ( Chuao) y Turmero, se dice que los maleteros transitaban un camino que cruza cruza buena parte de la selva del Parque Nacional Henri Pittier, data de la época de la colonia y fue ampliamente utilizado por contrabandistas, quienes a través de esa vía llevaban dentro de sus maletas telas, licores y curiosos objetos para comercializarlos mediante el trueque con los esclavos de la vieja hacienda cacaotera, los cuales, a través de acciones ilícitas usaban el producto de la cosecha, es decir el 'mejor cacao del mundo' como moneda para hacer efectivos tales intercambios comerciales con estos mercaderes no autorizados por la corona, también llamados 'Los Maleteros'.

Actualmente, el sendero es usado -en muchísimo menor proporción- para transportar cosechas, principalmente café, plátanos, cambures (bananos), frijoles, tubérculos y cacao en arreos de mulas que llegan a polvorín con sus cargas

 

La Haciendita

Finca agrícola o ganadera: tiene una vasta hacienda de reses vacunas. Ganado, conjunto de animales que se posee: la peste ha menguado su hacienda.La actividad principal es la actividad pecuaria, y se ubica en la prolongación de la calle Urdaneta,cerca de la Revenga, donde hoy se encuentra el edifico de la Alcaldia de Mariño y la Urb. Valle lindo

 

El Torreón de San Pablo

El Torreón de San Pablo se ubica en la Antigua Hacienda de  Harry Ganteum,al sureste del pueblo, se trata de una chimenea que aún conserva sus rasgos coloniales,  era un lugar donde se procesa la caña de azúcar para transformarla en panela de papelón, aguardiente, guarapo o jugo de caña con fines comerciales. Esta transformación de la caña de azúcar en aguardiente se realizaba con una tecnología muy rudimentaria; el subproducto en cuestión se utilizaba para el consumo interno y los sembradíos de caña no tenían grandes dimensiones. En el referido siglo no existían las costosas instalaciones de trapiches, ingenios y pailas para la hechura del papelón ya que las mismas eran onerosas. Se utilizaba para ese entonces, una técnica introducida por los españoles, que consistía en molinos de piedras movidos por bestias o por ruedas hidráulicas y en las cuales se introducía la caña una vez troceada.

En los terrenos donde se encuentra el “Torreón” se ubica actualmente el Conjunto Residencia “El Torreón de San Pablo”, asumiendo el mismo nombre que llevaba anteriormente. El Torreón representa el auge de la Venezuela agraria rural en contraste con los Edificios que están al fondo que son símbolos de la Venezuela Urbano-Petrolera

 

 Las acequias de las calles Bolívar y Plaza Villacastin

La acequia es un canal por donde se conducen las aguas para regar.  El uso principal es el riego del campo y la utilización de los planos y niveles del terreno para la distribución y conducción del agua, por lo que suelen distribuirse en ramales. Pero también eran utilizadas para lavar ropa a mano con el agua corriente. La acequia de Turmero atraviesa por la calle Bolívar, Mariño, por la capilla de Santo de Niño de Atocha en Villacastin y termina en la hacienda Villegas

Es cierto que ya no hay en el pueblo quien necesite de su uso; las lavadoras automáticas y las secadoras son de uso común en las casas, sustituyeron esa tradición.

El Filtro de agua

EL Filtro de agua del pueblo de Turmero data de 1936, en ese lugar había unas turbas donde se procesaba el agua que venía de la subcuenca del rio Paya. Se ubica entre la calle Bolívar y la calle Ribas de Turmero. Actualmente se encuentran las oficinas administrativas de Hidrocentro. El terreno era propiedad de la Iglesia

 El ferrocarril de Turmero

En el régimen gubernamental del General Guzmán Blanco se da inicio al plan ferrocarrilero de Venezuela con la llegada del ferrocarril alemán, luego ferrocarril de Venezuela, construyéndose rutas a diferentes sitios del país, entre estos el tramo Caracas-Valencia, donde este municipio es favorecido por la instalación de tres (03) estaciones de carga y descarga. Era una estacion para cargar y decargar  pasajeros y productos del campo.

Importante destacar que de la estación del ferrocarril  de Villegas ,se desprendían unos rieles con destino a Turmero, cuyo vagón era tirado por dos caballos, el cual entraba al pueblo por la calle Carreño para cruzar por la Miranda. luego cruzaba  a la izquierda por la Ribas hasta llegar a la Plaza Mariño donde dejaba o recogía algunos pasajeros, o para descargar o montar alguna mercancía, prosiguiendo su ruta  por la calle Bolívar hasta llegar a la Bermúdez, deteniéndose brevemente en la esquina frente a la calle Mariño, donde había otra subestación, y finalmente arribar de nuevo a la estación de Villegas, siendo el ultimo cochero hacia 1920, el turmereño Don Domingo Hermoso” Bolívar, Pedro (2003) Turmero ante la historia. Colección Pembol, Corporación Pinfer. Maracay. Página: 161

Agregamos que había la estación de Cagua, a un costado del parque Agustín Codazzi y la de Gonzalito o Providencia en plena Avenida Intercomunal

 

 Los Mabiles de Villegas o la Orchila

Los mabiles o espacios populares para la diversión, locales nocturnos que se populalizaron a mediados de los años 20. " Estos establecimientos se encuentran ubicados en las  afueras del pueblo , en su mayoría los locales poseen un gran patio techado con láminas de zinc y piso de cemento, cuentan con algunas mesas e iluminación escasa. Allí se extiende licor y se presenta una pequeña tarima en el fondo donde distintos grupos musicales interpretan ritmos variados, como guasas, merengue, tango y foxtrot ( baile originario del mundo del jazz estadounidense )

Por lo general , en los Mabiles no se cobra entrada sino que se cancela una cuota por pieza de baile. Un cobrador pasa recogiendo 25 céntimos ante de comenzar el baile, que por lo general arranca a las 9:00 pm el dinero se utiliza para pagar a los músicos. Son una alternativa popular para aquellos que no pueden disfrutar los lujosos salones de bailes y reunión de la clase alta. Se llamaba Mabiles a los botiquines con pretenciones de burdel.

Me cuentan que esos  "Maviles" o "Mabiles" eran lugares donde habían prostitutas Francesas y de ahí venía el nombre: "Ma Vie", que era como ellas llamaban a los clientes. Se hacían lo que denominaban los "bailes de escote" que costaba "medio real" por cada canción o pieza y donde se bailaba, entre otros ritmos, el merengue "rucaneao", con grupos "en vivo". Me contaba también, que cuando terminaba cada melodía o "pieza" salía un empleado a cobrar el "escote" y allí, mientras el bailador buscaba el próximo "medio" para cancelar, si soltaba su pareja, se la quitaban; y luego le costaba "un mundo" recuperarla . "Los vivos", cuando la dama era "muy buena" bailadora, solían colocarse en los lóbulos de ambas orejas las monedas de 0,25; y así, cuando venía el mozo a cobrarle, no tenía que cambiar de pareja, sino de oreja.

Dispensario de Turmero "Josefina Martínez Rui de Díaz González (Ubicado en el cruce de la Calle Mariño con la Calle Petión)

Poco antes de fallecer le consulte al Cronista Oficioso de Turmero Francisco “Pancho” Rodríguez y dijo  que este antiguo dispensario fue construido en un descampado ( terreno) llamado popularmente la plazoleta. Fue inaugurado en el gobierno de Medina Angarita, eran dos humildes construcciones, el comedor escolar Josefa María Ramos y el dispensario Dr. Pedro Buznego Martinez. Josefa Ramos es “pepita” Ramos y Buznego un farmaceuta nombrado medico de turmero, con un sueldo mensual de Bs. 80.

El cambio de nombre ocurrió cuando el gobierno de Pérez Jiménez. El nuevo epónimo era una hermana del gobernador de la época Vicente Martínez Rui. Llego a contar con maternidad. Su instalación luego fue prefectura, cuartel de policía y sede de la biblioteca Fernando Rodríguez.

Agrega "pancho" que Josefina Martínez Rui de Díaz González era casada con Antonio Díaz González, Ministro de Obras Públicas de Gómez, bastante hizo por Turmero. Actualmente en Turmero vive su hermano Chucho Díaz Martínez

Las leyendas de Turmero

Los que se perdían en la Plaza Mariño

Se decía que en la Plaza  Mariño de Turmero había un encantamiento; cuentan que quien transitaba solo o en compañía a horas de la noche por la Alameda, al pasar por el frente de la Estatua de Santiago Mariño perdía la noción del tiempo y la orientación y caía en un letargo profundo dando cientos de vueltas alrededor de un laberinto insalvable, horas más tarde terminado el hechizo, y se encontraba en el mismo punto de partida cansado, sudoroso,asustado o también podría ser que apareciera en la Plaza Villacastin o en Pueblo Nuevo. Pienso que esto se debía a un exceso etílico que tenía la persona. Aunque los turmereños  viejos o no tan viejos respetan esta historia porque casi todos la vivieron, cuando la narran lo hacen con cierto temor

El carretón de Turmero

En Turmero  cuentan una leyenda fantasmal, con la cual muchos todavía amenazan a los niños desobedientes y a personas que se encuentran vagando sin camino. Durante las noches más oscuras, recorría las principales calles de la ciudad el Carreton, que sonaba una perolera y luego se alejaba hacia lugares desconocidos. El origen de Esta historia es de la época colonial y fue provocada por tantas muertes que dejó la peste negra, llamada Cólera Morbus o vomito negro, la cual se inició en Europa. Cuentan que era tal la desolación que no había tiempo de cargar los cadáveres, por lo que se abrían grandes fosas colectivas, allí eran arrojados por una carreta.

El sonido de la carreta se fue grabando en las mentes de los habitantes. El ruido de sus ruedas representaba a la muerte. Esto, naturalmente fue creando la leyenda del carretón, del extraño sonido buscando los próximos a morir. El carretón fantasma era una especie de carreta grande o carruaje en llamas, tirado por cuatro briosos caballos que relinchan y corcovean aterradoramente. Se decía que el carretero era el mismo diablo que se llevaba a los que vivían en el pecado y la maldad. Se trata de un carruaje que aparece haciendo ruido con los cascos de los caballos y las ruedas que arrastran largas cadenas y es guiada por un cochero vestido de negro y ojos rojos que produce estridentes gritos, la gente se asoma a verla desaparece, y su presencia es asociada a acontecimientos trágicos que están por ocurrir, como por ejemplo la muerte de alguna persona conocida. Volvemos a repetir, La carreta es tirada por un burro y conducida por un cochero sin cabeza. Hace mucho tiempo que no se le ve por dichos lugares pero el ruido que produce al pasar ya es característico de la zona.

Los arrieros de mula de Guayabita y Paya

Provenientes de Portapan o Brasen suelen verse los arriero de mulas, machos o burras cargados de producto agrícolas ( Haciendas de Paya y Guayabita) para el comercio de Turmero. De regreso los arrieros iban cargados de algunas mercancías  adquiridas en las bodegas o mercado local.

Los burros y las mulas constituían los arreos y en muchas de ellos se le colocaba a una bestia una campanita, que servía para guiar a los demas  por el camino que ya conocían. A ese animal se la llamaba El Campanero

 

 Vicente Corrales y las mangas de coleo hechas a bambúes

Vicente Corrales Hombre de leyenda, pueblerino, cargado siempre de una amabilidad natural, permanentemente lleno de optimismo, luchador incansable, combativo colaborador, amigo de todos, buen padre, solidario, consejero, excelente trabajador, sencillo como la vida, fuerte como el Samán, alegre como una fiesta, recio como el Picacho, lleno de tradición como el Lairén del pueblo de Turmero, hablador de lo cotidiano  como buen turmereño. Así describo a Vicente  Corrales o mejor como le dicen en nuestro terruño, Cuántos turmereños no disfrutaron de las mangas de coleo construidas con la fuerza de tus manos  que apretaban el bambú amarrado con mecate en  nuestro pueblo, ningún templete se cayó, y mucho menos talanquera,  por lo menos que yo sepa, aparte de que de vez en cuando por cosas de la tradición del pueblo se dejaba escapar uno que otro toro que terminaba amarrado en la Plaza Mariño después de hacer correr a todo el mundo  y mira que antes iba bastante gente a la tradición de los Toros Coleados que se realizaban en las distintas calles de Turmero, este arte solamente lo podíamos apreciar y ver  de Fiesta Patronal a Fiesta Patronal correspondiente  a cada 2 de febrero de todos los año, festividad que se hace en honor a la Patrona Nuestra Señora de Candelaria. Ya esas mangas no se hacen, ahora son de hierro, cuanto quisiéramos una de bambúes.

 

 

 

Simón Bolívar acampo en el Samán de Guere y el rio Turmero le impido pasar

El l3 de agosto de 1813, Simón Bolívar y sus tropas, en plena Campaña Admirable descansaron bajo el re4sguardo del Samán de Guere. El Árbol fue declarado Monumento Nacional en 1933 por el entonces Presidente de Venezuela Juan Vicente Gómez. Junto al árbol se encuentran o encontraban elementos de la Independencia de Venezuela, incluyendo cañones de la era y rifles de la época independentista que rodean al árbol como un cerco. Según, Pedro Modesto Bolívar, señala que Bolívar ordeno a Rafael Urdaneta ir a la vanguardia, y cuando retorno Urdaneta a caballo le dijo: Perdone su excelencia pero no podemos continuar la marcha porque hay un turmereño osado que no nos deja pasar hacia Caracas. ¿Cómo un hombre puede impedir nuestro paso, si hemos vencido a cientos de españoles? ¿Quién es ese turmereño? Disculpe usted, mi general lo decía en tono de juego, el turmereño es el rio de Turmero, que esta crecido y nos impide el paso. Urdaneta ordeno a las tropas descansar y afirmo “Esta noche, tal vez el alma de este árbol y los espíritus de nuestros indígenas nos llenen de mas coraje para culminar la gloria que pertenece a nuestra patria. Bajo la sombra del Samán de Güere se reunieron y descansaron varios líderes de la independencia de Venezuela y sus tropas, así como también sus enemigos.Las tropas acamparon bajo la asombrosa sombra del Samán de Güere cuando se libró la Batalla de San Mateo donde obtuvo la inmortalidad el granadino Antonio Ricaurte.  Simón Bolívar recibió clases de Andrés Bello bajo el Samán de Güere y luego se detuvo, en más de un reporte, para descansar y/o planear sus movimientos como parte de la Campaña Admirable.

 

Tarde de lluvia y dolor

Viniendo de La Encrucijada hacia Turmero nos encontramos con un sitio llamado La Cruz de Hierro, al lado de un cerro de abundante vegetación, que en su piedemonte la tierra cubre el sueño de miles de turmereños. Por infortunio de la vida, el I0 de septiembre de 1952, Turmero se vistió allí de luto. Los hechos. En la tarde de ese día los automotores avanzaban con extremada preocupación, a consecuencia de una pertinaz lluvia que caía en toda la superficie de nuestro valle. Una camioneta tipo ranchera, en su lento rodar, hacía el viaje de Caracas a Guanare, transportando a cuatro religiosas de la Congregación de Las Carmelitas, que iban a la capital espiritual de nuestro país para estar presentes en los honores que se rendían a la Virgen de Coromoto, proclamada ese año como Patrona de Venezuela. Ese vehículo resbala sobre la mancha mojada, para colisionar contra un camión cargado de cerveza que se desplazaba en sentido contrario. Luego del impacto y del ruido hondo, una realidad difícil de enfrentar: dos monjas muertas y dos lesionadas, que junto a la choferesa son trasladadas al Hospital Civil de Maracay, donde fallece al día siguiente otra hermana, que no pudo recuperarse de la gravedad de sus lesiones. La otra congregacionista y la conductora sí lograron el restablecimiento pleno de la salud. El presbítero Trino de Jesús, que en esa fecha estaba al frente de la Parroquia Nuestra Señora de Candelaria, solicita de la familia Reschop su colaboración para velar los cuerpos de las occisas en su casa de habitación, situada en la esquina de la Policía, frente a la plaza Mariño. A las once de la noche, sobre los hombros de un pueblo afligido y del triste doblar de las campanas, que esparcían su mensaje de dolor, desde el inicio de la tragedia, los sagrados restos son llevados al templo de la ciudad, donde son expuestos hasta el amanecer; luego son trasladados a Caracas para darles cristiana sepultura. Meses después del infortunio, la señora Hercilia de Reschop tuvo el deseo de levantar una capilla en el lugar del siniestro; pacientemente reunió el dinero necesario por ofrendas del pueblo cristiano. Concluida la edificación, las efigies de las fallecidas son colocadas en el altar del pequeño santuario

Documento oficial de la desgracia

El desventurado episodio quedó anotado en la memoria escrita de la ciudad, con una sola partida de defunción, que se reproduce en toda su textualidad: "N° 89. Ramón Guzmán, Alcalde del Distrito Mariño del Estado Aragua, hace constar que hoy diez de septiembre de mil novecientos cincuenta y dos, se presentó en este despacho un ciudadano que dijo llamarse Carlos Pérez Fridensberg, mayor de edad, natural y vecino de este Municipio, quien expuso: 'Hoy a las siete de la noche, en el sitio denominado La Cruz de Hierro, de esta jurisdicción, falleció a consecuencia de accidente automovilístico, la madre Isabel de la Santísima Trinidad, de sesenta y cuatro años, dos meses y cuatro días, que era hermana Carmelita, que la causa principal del fallecimiento fue fractura del cráneo, según certificación del doctor Jaime Bronfenmayer, médico titular. Se ignoran otros datos'. Fueron testigos presenciales de este acto Armando Garrido y Rubén Molina, mayores de edad, empleados públicos y de este domicilio. Leída la presente acta, el exponente y testigos manifestaron conformidad y firman. El Alcalde. Ramón Guzmán; exponente, Carlos Pérez F.; testigo. Rubén Molina; el secretario, Pedro Viana".

Epílogo

A cuarenta y nueve años de la tragedia, ocasionada por ruedas de la muerte, construyo, por observación in-situ, una tarde de candente sol estival, la parte final del imborrable recuerdo. La Capilla fue demolida para dejar su espacio a un complejo urbanístico privado; las fotos están desaparecidas y, en un pequeñísimo espacio semejante a un closet, abierto en la pared perimetral de la urbanización, se exhibe una placa que dice: 'Aquí, en horrible choque automovilístico acaecido el día 10-9-52, ocurrió la tragedia que cortó la existencia de la Sup. Gral. de las H.H.C.C. Madre Luisa Teresa del Niño Jesús. Madre Isabel y Sor Auxiliadora. Q.E.P.D. Recuerdo de sus hijas".

Por reminiscencias de mi maestra revenguista Elsa Josefina Reschop, me entero de que la religiosa sobreviviente del suceso, la madre Camila, por muchos años laboró en el Colegio El Carmelo, Los Rosales, Caracas.

 Las arepas de  Vicenta Emilia y las matemáticas

“Tres arepas de maíz pilado por un real”. Así como la canción que interpreta Gualberto Ibarreto...,,,,”mi abuela nunca aprendió lo que es la geometría, pero una arepa en sus manos redondita le salía “, lo mismo podemos decir de la mamá- Tia-abuela de todas las generaciones de los Villegas: Miguel, Inés, Rigo, José......Vilma......Eustaquio...Maria Emilia y pare de contar. Nos referimos a Vicenta Emilia quien cada mañana parada frente a un budare inmenso, como de un metro de diámetro, tendía sus arepas de maíz pilado de una forma que semejaban círculos concéntricos, cual obra de arte cinético. Pasados unos minutos y en perfecto orden de aparición, volteaba cada una de cuando en cuando hasta que hicieran la conchita y recibieran la palmada con dos dedos para escuchar si ya estaban en su punto exacto de cocción. No sabemos si  fue por su propia iniciativa o por recomendación de un Consultor como se dice en estos tiempos modernos, lo cierto es que su negocio de venta de arepas de maíz pilado, fue un verdadero emprendimiento fundamentado en algún estudio de mercado y que tenía por slogan: “lleve tres arepas de maíz pilado por un real”. Traducido a la cotización del dólar para la época (años 60 al 80) su producto podía ser ofertado también en estos términos: lleve tres arepas por un octavo de dólar. O lleve tres arepas por 86 puyas.

 

 

 

Mitos de Turmero

El callejón del diablo

El Callejón del Diablo, una callecita muy angosta que se ubica  muy cerca de la Plaza Mariño, entre la Calle Urdaneta y la calle Miranda. Según lo indican algunos lugareños, el desconcertante nombre de la calle proviene de las habladurías de la gente del pueblo que en otra época aseguraban haber visto en este estrecho callejón al mismísimo Lucifer deambular por sus rincones.

De entre los pocos valientes que lo llegaron a atravesar en su momento, había un borracho que distraído por su estado, decidió tomar el Callejón del Diablo como atajo. Tras adentrarse, a unos metros detectó a un personaje recargado en un árbol de mango, y aunque en un principio parecía una persona normal, de pronto un misterioso destello de luz cayó sobre la persona y develó el terrorífico semblante de la criatura. Al contemplar la imagen, el ebrio intentó correr, pero sus pies se quedaron pegados al piso hasta que la terrorífica visión se desvaneció. Aparte no es lo único que se ha escuchado, otra leyenda cuenta que un día apareció el cuerpo de un usurero llamado Julio. Este hombre había pasado su vida persiguiendo personas para cobrarles deudas y de acuerdo a los rumores, su muerte se debió a un altercado que tuvo con el mismo diablo que lo estaba castigando por su horrible comportamiento. Ya sea, que creamos o no en fantasmas, estas historias nos permiten entender que en esta extraña y hermoso pueblo venezolano, todo rincón tiene una historia asombrosa que contarnos. Sólo tenemos que caminar más seguido y por qué no escuchar lo que nos cuentan los lugareños de la época

 Las matas de jobo de la Haciendita que producían fiebre y diarrea

Siempre nos decían, no coman Jobo porque les da fiebre y diarrea, pero, era una fruta muy rica, amarilla, parecía un ciruela, al salir de la escuela Revenga corríamos hacia  las matas que estaban  cerca de La Haciendita y la recogíamos del suelo y comíamos hasta hartarnos. El jobo una fruta sabrosa que en algunas partes de la región se da   su sabor  es agridulce, el árbol crece grande tienen altura de 25 a 30 mts y  cuando hay vientos caen solos los frutos  y  son aromáticos. Nunca nos pasó nada, después averiguamos que el fruto del Jobo es usado  en medicina tradicional como remedio en casos de dolores de dolores de espalda, fiebre, reumatismo, diarrea, inflamación de la uretra y ulceraciones de la boca. Además  se usa en infusión con las hojas como tratamiento ocular de inflamación, diarrea, venéreas. Y su  corteza: tomándola en decocción tiene propiedades cicatrizantes, hemostáticas y astringentes. De manera que el mito de que la fruta del Jobo hacía daño se vino abajo

El mito de la Plaza Villacastin

José Manuel Guevara Díaz señala que un  afamado intelectual poeta, periodista, escritor,  militar, político, legislador y cuentista turmereño, cierto día “medio en serio y medio en broma”, como solía decir, el amigo periodista Huck Condado, alias “Superman”, creo un personaje que llamó Pedro Villacastín y lo declaró de Turmero fundador: “Turmero fue fundado por el conquistador castellano don Pedro Villacastín. El año de su creación importa poco precisarlo, basta con saberse que es de los pueblos más antiguos de Venezuela”. (1).  Luego lo ratifica,  ahora menos que formal: “Subsiste una leyenda […] en los tiempos pasados, que un núcleo de hombres anticlericales, se dio a la tarea de amargarle la vida a cuantos sacerdotes  llegaban a desempeñar el curato de almas de su parroquia, y que, uno de ellos […]  pidió un castigo para Turmero. Dios, oyendo las quejas de su ministro, llamó a su Santo-Poeta de la corte celestial, y le ordenó que fuese a la villa que fundó en las tierras de Aragua don Pedro Villacastin y le quitara la alegría jacarandosa que le había impreso el alma española de aquel conquistador.”(2).

La gente del pueblo, creyó estos relatos  y tomó en serio la cuestión, tanto, que en las escuelas se daba como el indiscutible fundador y en las crónicas y clases, aparecía muy bien presentado el señor..

Lo que la gente ignoraba era lo que Ciro Guzmán Morillo más tarde informara: “En esos trabajos, Don Andrés, recoge  las costumbres religiosas, relatos y leyendas que conformaban una especie de acontecer, a veces reales, y otras venidas de la fantasía.”(p.6).

En el andar del tiempo, una verdad indiscutible, el mito se convirtió y como tal se extendió, ya que la más importante institución de la ciudad, “La Escuela Normal Rural el Mácaro”, ubicada, unos kilómetros pasando el río Turmero en vía hacia Maracay,  de donde egresaban los mejores maestros del país, se encargó de homenajear el ahora Don Pedro Villacastin, de Turmero “fundador” y aprovechando el día del árbol, en mayo de 1947, programaron una plaza en su honor. ¡Sí señor, una plaza en su honor! aunque no tan grande como aquella del grande de Don Simón.

 La escogencia y siembra vegetal la dirige el profesor José Miguel Calabria; el profesor Gustavo Morales Guerra, trazó la plaza en un papel y luego  su construcción en el terreno escogido.

¿Y El busto que la plaza tendrá?  Como nadie  conocía al dichoso Don Pedro, no sería un problema  serio para el genio del dibujo y la escultura, el afamado profesor José  Bruguera.

 Llegado el día esperado, el busto de Don Pedro, en la plaza es colocado, con su manto protector,  que al momento es quitado, por la bella estudiante, Josefina Delgado, apareciendo a su lado la española cara de Don Pedro Villacastin, quien, aunque nunca había existido, allí  disfrutaba  lo grandioso del festín.

Sigue el discurso de ocasión y para finalizar la cuestión,  Adelmo Ceballos dirigiendo el orfeón,  con himnos y melodías alegra aquel mediodía. 

Acto como el narrado cambia la historia reafirmando el mito que Pedro Villacastín existió y a Turmero lo fundó. La gente mira a Don Pedro y exclama con emoción ¡Por fín conocí al Señor!

¿Y la escuela que en Turmerito lleva su nombre igualito? Inaugurada en tiempos de Larrazábal, 50 años celebró y el nombre no han cambiado ¿Será que no  saben  que  Pedro Villacastin nunca existió, o que aceptan la versión que Victalia recogió? “que era un señor  que  en Turmero vivió, educador y músico con mucho carisma,”(5), tanto que un pedestal le pusieron en el puente de Turmero, pero,  en una crecida del río el pedestal se perdió.

Hoy en día, donde las calles Miranda y Urdaneta interceptan la Bermúdez, está la placita  ubicada con el busto de Pedro Villacastín, manteniendo aquella mentira y cosa rara de verdad, respetado por  la inseguridad.

La Placita de Tientas de Guayabita

Emplazada en un pequeño valle e interrumpido  por porciones de pequeñas elevaciones y hondonadas y limitada al este, sur y oeste por depresiones de la fila de “Guayabita”  para formar una especie de semicírculo natural y con su ancha abertura hacia el norte, estaba situada la pionera explotación de toros de lidia, pura casta, conocida con el nombre de Ganadería de “Guayabita” y propiedad de los hermanos Juan Vicente y Florencio Gómez, hijos del General Juan Vicente Gómez, ex Presidente de Venezuela, dueño para ese entonces de la hacienda “Guayabita” y “Chuao”, respectivamente.

Fue  fundada en 1.933, como una continuación (no como función genética) de la ganadería media casta de la “Providencia”, situada en la misma jurisdicción de Turmero.

A la entrada de esa finca de “Guayabita” se construyó una preciosa casa, hoy  en muy malas condiciones, con un balconcete que miraba hacia el frente, en donde se construyó una placita, un círculo de adoboncitos y cemento bien encalado que servía para las tientas y en donde actuaron en encerronas y probadas estelares, grandes figuras de la tauromaquia mundial.

 

PARA SU CONOCIMIENTO

Los editores de las Memorias Históricas Digitalizadas de Turmero, agradecen hacer referencia a su edición cuando cite algunas de sus partes en los trabajos de investigación de acuerdo a las normas establecidas para estos fines, manteniendo siempre el espíritu y contenido expresado en su texto.

EJEMPLO DE CÓMO CITAR LOS TRABAJOS

Rodríguez, Efrén (2018). Notas Geográficas de Turmero. En: E. Rodríguez y NG. Rodríguez. Colección Memorias Históricas Digitalizadas de Turmero, N° 60. Turmero, Estado Aragua (Venezuela): Edición Propia. Disponible en: https://www.facebook.com/groups/280718592329685/482452345489641/.

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