Trazos de
Turmero N° 5
CUATRICENTENARIO
(1620-2020)
DINÁMICA GEOHISTÓRICA DE TURMERO
Según las evidencias arqueológicas
localizadas en Turmero y en toda la Cuenca del Lago de Valencia, es lógico
suponer que esta zona estuvo poblada antes de la llegada de los invasores
europeos, obviamente fue un espacio intensamente ocupado por nuestras
comunidades indígenas
El asentamiento de la población
aborigen se asocia a las condiciones físico - naturales predominantes en el
área, las cuales formaron un atractivo para esas comunidades, sobre todo por la
fertilidad de los suelos, la variada fauna terrestre y marítima además del
recurso agua que irrigaba toda la cuenca. Por otra parte las facilidades de
interconexión entre los Valles de Aragua y del Tuy con la región noreste del
país, al igual que con la costa del Caribe en el vertiente norte de Turmero,
contribuyeron al desarrollo de estos pueblos indígenas, De acuerdo a las
investigaciones (Vargas, 1985), los primeros habitantes de la Cuenca del Lago
de Valencia habían migrado del Bajo Orinoco, de
la zona conocida arqueológicamente como fase Barrancas, particularmente
los que ocupaban las tierras de Turmero. En el valle de Turmero se ha
encontrado y existe actualmente un conjunto de evidencias importantes que
revelan la fuerte presencia de las comunidades indígenas. Un conjunto de estas
evidencias está representado por los petroglifos localizados en Guayabita y
Brasen. Cabe destacar, además, los restos de cerámica y otros objetos de valor
arqueológico encontrados en el valle de Paya e igualmente el cementerio
indígena descubierto cuando se hicieron los trabajos de drenaje de la ciudad de
1991 ubicado en la parte este de la calle Sucre.
También revelan
la presencia indígena los pilones y piedras de moler encontrados en diferentes
sitios de la zona en referencia. Esta ocupación de espacio por las comunidades
aborígenes se ve reforzada por los numerosos nombres y vocablos que predominan
en diferentes lugares del Valle de Turmero, por ejemplo Paya, Güere, Mácaro,
Punta Capino, Paraima, Coropo. Este modelo sociohistórico correspondiente al
espacio indígena resultó completamente afectado por la implantación de los
mecanismos de dominación impuestos por los conquistadores y colonizadores
europeos. Las comunidades indígenas que habitaban la zona son identificadas
como los Aragua y Tacarigua, ubicados en
la parte norte del Lago de Valencia; los Ajaguas, ubicados en la zona oeste, y
los Mucarias y los Meregotos en la zona sur. Esta última comunidad era la
predominante en todo el valle de Turmero. Sus principales actividades estaban
centradas en una economía diversificada, basada en el cultivo de la yuca, la pesca
fluvial y pesca terrestre. Por otra parte, estos indígenas se destacaron en la
actividad artesanal ligada a la producción alfarera con significativo dominio
de técnicas e su elaboración. La ocupación de este espacio se realizó de manera
armónica y equilibrada, con profundo respeto a la naturaleza. La posesión de
estas tierras data desde 1593, cuando las autoridades de la Provincia de
Venezuela le asignan este territorio a Lorenzo Martínez en condición de
encomienda; pero no fue hasta el 27 de noviembre de 1620 cuando Turmero
adquiere categoría de pueblo y se funda la iglesia que lleva por nombre Nuestra
Señora de Candelaria.
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