Nació en Villalba de la provincia de
Navarra, el 14 de diciembre de 1913.
Su cuerpo
tenía las huellas de la guerra española.
Estuvo 12
años de apostolado en Turmero
Construyó la
Casa Parroquial de los cuales 10 fueron de Parroco
Reconstruyo
el techo de la Iglesia, el mismo subía la carretilla con arena y cemento a las
alturas de la iglesia.
Reparó el
reloj y parte de la torre.
Colaboró con
la organización Caritas.
Murió en
Turmero en horas de la mañana del día 17 de enero de 1964 de un infarto al miocardio.
Se
decretaron tres días de duelo.
El Obispo
era el Monseñor Feliciano González.
Fue una
persona muy amiga de la gente, visitaba
las casas de la feligresía y compartía con ellos. Le gustaba el juego de
dominó. Llamaba con confianza a sus amigos y les anunciaba su visita. Como buen
español le gustaban las aceitunas.
Los
domingos, después de misa de seis de la mañana, íbamos a las comunidades, bien
a Santa Rita, al Samán de Guere, a Gonzalito o donde eran requeridos los oficios religiosos.
El Padre
Moreno era un hombre alegre, entusiasta, responsable, trabajador y comprometido
con su fe.
“AQUÍ LLEGO
EL PADRE MORENO, QUE QUITA LO MALO Y PONE LO BUENO”,, decía al llegar a las
reuniones familiares.
Cuando estornudaba tarareaba la canción de Nat King
Cole, as{i: “Achis…to, cachito…cachito mío…pedazo de cielo que Dios me dio.”
Su muerte
fue muy sentida en la comunidad, el pueblo lo acompaño entre recuerdos y lágrimas,
la iglesia estuvo llena durante su
velatorio.
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