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lunes, 16 de mayo de 2016

El Turmero agrario
EL VALLE DE TURMERO

El núcleo inicial del poblado de Turmero se estructuró a partir de un cuadrilátero que tenía como eje principal la Plaza Pública. alrededor de esta área se concentraban las principales funciones de la comunidad; la iglesia, el mercado, la Casa Municipal y la Jefatura Civil. Esta forma constituía la organización típica de los pueblos coloniales. A partir de este núcleo urbano se fue conformando el centro poblado, el cual fue extendiéndose en todas direcciones, básicamente al norte y al oeste, siguiendo un patrón urbano cuadricular en forma alineada. El pueblo estaba rodeado de haciendas, entre las que destacaba la de Villegas, Güere, Guayabita, Mácaro, San Pablo, la Trinidad, La Haciendita. En estos lugares se desarrollaba una floreciente actividad agrícola que se inició con la exploración de la caña de azúcar y el añil, y a la que se incorporaron posteriormente el tabaco y el café. Reflejo de este resplandor económico es posible observarlo en la majestuosidad de la iglesia, en los restos de las imponentes haciendas donde se destacaban las viviendas de largos corredores, grandes pilares y amplios patios para el secado del café. En relación a los últimos cultivos, vale la pena señalar que los tres últimos fueron orientados hacia la exportación para satisfacer la demanda de los mercados europeos. Además de los productos ya citados, la tierra de la zona producía maíz, yuca, arroz, frijoles, caraotas, plátanos, algodón y legumbres para el mercado interno. La población que desarrollaba las faenas en las haciendas eran principalmente mulatos y esclavos negros, seguido por la población blanca e indios .Turmero fue considerado como uno de los centros poblados de mayor concentración en el período colonial. Todas las actividades agrícolas hacían lo posible el abastecimiento de productos a la población local. El ritmo de crecimiento del centro poblado durante esta etapa fue lento. Las actividades industriales eran las tradicionales, entre las que destacaban los trapiches para la producción de papelón y aguardiente, los talleres artesanales para la elaboración de algunos alimentos y actividades propias de las labores agrícolas, cuyos mercados estaban constituidos por la población que habitaba las haciendas y los centros poblados vecinos.
Con el propósito de ilustrar estas actividades económicas merece la pena mencionar el cantón de Turmero de Codazzi (1960) que señala lo siguiente:
            “La Villa de Turmero se halla situada en un Valle que se comunica con el Aragua, a la falda de la serranía de la Costa y en la confluencia del Guaire, el Paya y el Turmero, los cuales forman el río de este último nombre. Un edificio cargado de adornos en su iglesia la cual está en la Plaza Mayor, situada en el centro. Los terrenos que están cerca de esta ciudad y de toda la parte llana del cantón se hallan cubiertos de haciendas, plantaciones y caseríos. Es uno de los distritos donde hay mas población acumulada, viviendo de la gran fertilidad de aquellos valles. Allí se encuentran varios samanes de un grueso extraordinario, pero ninguna igual al famoso de Güere, bajo cuya sombra puede reposar con desahogo un batallón en columna. La prosperidad de esta villa se debe más a la agricultura que al comercio, pues su posición algo apartada del camino principal la priva de un tráfico más activo; sin embargo cuando la serranía esté cultivada, será mayor la importancia de Turmero, pues en consecuencia de su aumento obtendrá más ventajas en el comercio.”
.Turmero era un pueblo apacible, de gente alegre y amable, bucólico, dedicado a las faenas del campo. Sus pobladores deambulaban tranquilamente por el centro poblado y se reunían en la plaza pública todos los fines de semana a esperar los acarreos de mulas de Brasén o Portapan cargados de apio, ocumo y café; este hecho coincidía con la movilización de los productos de las haciendas colindantes al pueblo donde la población se abastecía de los productos básicos. El ritmo de crecimiento de Turmero durante este período fue lento, las actividades industriales continuaban siendo las tradicionales, constituidas básicamente por aserraderos, jaboneras, alpargaterías, trapiches y algunos telares artesanales motorizados por la fuerza del trabajo familiar. Se puede afirmar que existía un dominio en las labores del campo, lo que se corresponde con el modo de vida propio de la Venezuela agrícola. El desarrollo de estas actividades se vería afectado circunstancialmente por la Guerra de Independencia y por la Guerra Federal, las causas incidieron sobre la producción agropecuaria al incorporarse gran parte de la mano de obra a las luchas civiles.

Restablecida la normalidad, Turmero reinicia sus actividades agrícolas y mantiene sus características de crecimiento con la diferencia de que el pueblo se expande en su espacio urbano, con cierta relevancia hacia el norte y el suroeste.

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