El núcleo
inicial del poblado de Turmero se estructuró a partir de un cuadrilátero que
tenía como eje principal la
Plaza Pública. alrededor de esta área se concentraban las
principales funciones de la comunidad; la iglesia, el mercado, la Casa Municipal y la Jefatura Civil.
Esta forma constituía la organización típica de los pueblos coloniales. A
partir de este núcleo urbano se fue conformando el centro poblado, el cual fue
extendiéndose en todas direcciones, básicamente al norte y al oeste, siguiendo
un patrón urbano cuadricular en forma alineada. El pueblo estaba rodeado de
haciendas, entre las que destacaba la de Villegas, Güere, Guayabita, Mácaro,
San Pablo, la Trinidad ,
La Haciendita. En
estos lugares se desarrollaba una floreciente actividad agrícola que se inició
con la exploración de la caña de azúcar y el añil, y a la que se incorporaron
posteriormente el tabaco y el café. Reflejo de este resplandor económico es
posible observarlo en la majestuosidad de la iglesia, en los restos de las
imponentes haciendas donde se destacaban las viviendas de largos corredores,
grandes pilares y amplios patios para el secado del café. En relación a los últimos
cultivos, vale la pena señalar que los tres últimos fueron orientados hacia la
exportación para satisfacer la demanda de los mercados europeos. Además de los
productos ya citados, la tierra de la zona producía maíz, yuca, arroz,
frijoles, caraotas, plátanos, algodón y legumbres para el mercado interno. La
población que desarrollaba las faenas en las haciendas eran principalmente
mulatos y esclavos negros, seguido por la población blanca e indios .Turmero
fue considerado como uno de los centros poblados de mayor concentración en el
período colonial. Todas las actividades agrícolas hacían lo posible el
abastecimiento de productos a la población local. El ritmo de crecimiento del
centro poblado durante esta etapa fue lento. Las actividades industriales eran
las tradicionales, entre las que destacaban los trapiches para la producción de
papelón y aguardiente, los talleres artesanales para la elaboración de algunos
alimentos y actividades propias de las labores agrícolas, cuyos mercados
estaban constituidos por la población que habitaba las haciendas y los centros
poblados vecinos.
Con el propósito
de ilustrar estas actividades económicas merece la pena mencionar el cantón de
Turmero de Codazzi (1960) que señala lo siguiente:
“La Villa de Turmero se halla situada en un Valle que
se comunica con el Aragua, a la falda de la serranía de la Costa y en la confluencia
del Guaire, el Paya y el Turmero, los cuales forman el río de este último
nombre. Un edificio cargado de adornos en su iglesia la cual está en la Plaza Mayor , situada
en el centro. Los terrenos que están cerca de esta ciudad y de toda la parte
llana del cantón se hallan cubiertos de haciendas, plantaciones y caseríos. Es
uno de los distritos donde hay mas población acumulada, viviendo de la gran
fertilidad de aquellos valles. Allí se encuentran varios samanes de un grueso
extraordinario, pero ninguna igual al famoso de Güere, bajo cuya sombra puede
reposar con desahogo un batallón en columna. La prosperidad de esta villa se
debe más a la agricultura que al comercio, pues su posición algo apartada del
camino principal la priva de un tráfico más activo; sin embargo cuando la
serranía esté cultivada, será mayor la importancia de Turmero, pues en
consecuencia de su aumento obtendrá más ventajas en el comercio.”
.Turmero
era un pueblo apacible, de gente alegre y amable, bucólico, dedicado a las
faenas del campo. Sus pobladores deambulaban tranquilamente por el centro
poblado y se reunían en la plaza pública todos los fines de semana a esperar
los acarreos de mulas de Brasén o Portapan cargados de apio, ocumo y café; este
hecho coincidía con la movilización de los productos de las haciendas
colindantes al pueblo donde la población se abastecía de los productos básicos.
El ritmo de crecimiento de Turmero durante este período fue lento, las
actividades industriales continuaban siendo las tradicionales, constituidas
básicamente por aserraderos, jaboneras, alpargaterías, trapiches y algunos
telares artesanales motorizados por la fuerza del trabajo familiar. Se puede
afirmar que existía un dominio en las labores del campo, lo que se corresponde
con el modo de vida propio de la
Venezuela agrícola. El desarrollo de estas actividades se
vería afectado circunstancialmente por la Guerra de Independencia y por la Guerra Federal , las
causas incidieron sobre la producción agropecuaria al incorporarse gran parte
de la mano de obra a las luchas civiles.
Restablecida
la normalidad, Turmero reinicia sus actividades agrícolas y mantiene sus
características de crecimiento con la diferencia de que el pueblo se expande en
su espacio urbano, con cierta relevancia hacia el norte y el suroeste.
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